
La tipografía es fundamental en el diseño. No hay comunicación visual sin ella. Su propósito es claro: hacer que el texto sea comprensible y atractivo, sin importar su complejidad. Pero su papel va más allá de la legibilidad: también transmite emociones, valores y personalidad.
En el ámbito corporativo, la elección tipográfica influye directamente en cómo se percibe una marca. Una fuente bien elegida puede proyectar elegancia, innovación, fuerza o confianza, reforzando su reputación. Una fuente equivocada puede debilitar la marca y desviar la atención del mensaje central.
¿Qué transmite cada tipo de fuente?
En términos generales, las tipografías se agrupan en familias que transmiten sensaciones distintas y moldean la percepción de una marca. Conocerlas es clave para elegir la que mejor refuerce el tono, los valores y la reputación corporativa.
- Serif (como Times): clásico y serio.
- Sans serif (como Helvética): moderno y limpio.
- Script o display: creativos, recomendados para textos cortos.

Tipografía como herramienta estratégica
Ellen Lupton, autora de Pensar con tipos, sostiene que la tipografía no es solo un conjunto de letras, sino una herramienta para estructurar ideas. Comprender la anatomía de la letra, como la altura de la x que define el tamaño del resto de los glifos (las formas gráficas que representan cada carácter), así como el interletrado y la alineación, mejora no solo la estética, sino también la legibilidad y la coherencia narrativa.
Este enfoque permite que la tipografía exprese con mayor precisión el tono y la voz de la empresa, creando un sistema visual flexible y consistente. Elegir la fuente adecuada es una decisión estratégica: define cómo se perciben la confianza, la congruencia y el profesionalismo de una marca. Una tipografía bien seleccionada refuerza los valores institucionales, asegura la legibilidad en cualquier medio y proyecta coherencia en todos los puntos de contacto visual.
Do’s & Don’ts: lo que fortalece y lo que perjudica una marca
En Cincuenta y tantos consejos sobre tipografía, Enric Jardí propone pautas prácticas que todo diseño corporativo debería considerar. A partir de ellas, reunimos algunos aciertos y errores comunes para que elegir tipografías que impulsen una marca y no la debiliten.
Do’s
- Definir los valores de la marca y asegurarse que la elección de tipografía transmita su esencia.
- No usar mil tipos de letras: con una o dos que combinen se tiene un diseño claro y efectivo.
- Elegir fuentes acordes al estilo y tono de la comunicación que se desea imponer.
- Verificar su legibilidad en impresión y en pantalla.
- Aplicar jerarquías tipográficas claras para guiar la lectura.
- Mantener la coherencia tipográfica en todos los puntos de contacto: documentos, sitio web y presentaciones.
- Utilizar únicamente fuentes originales, evitando versiones no autorizadas.
- Cumplir siempre con las licencias según el soporte (desktop, web, app, PDF).
Don’ts
- Usar demasiadas tipografías, lo que genera desorden visual y resta profesionalismo.
- Elegir fuentes de moda que no sean funcionales o tengan problemas de instalación.
- Descargar fuentes pirata, lo que implica problemas legales y afecta la reputación de la empresa.
Licencias tipográficas: lo esencial
Elegir una tipografía no solo es una decisión estética: también implica cumplir con las licencias que regulan su uso. Ignorar este aspecto puede dañar la credibilidad de una marca y derivar en problemas legales.
- Gratuita: autorizada solo para uso personal, no comercial; no recomendable para empresas.
- Comercial: puede requerir licencias específicas según el número de usuarios o el tipo de soporte (web, app, impresos). Incluso comprando una fuente comercial, es necesario verificar si necesita permisos extra (web, PDF embebido).
- Google Fonts: ofrece fuentes con licencia seguras para uso comercial.
La elección tipográfica es una decisión poderosa. Cada letra, cada espacio y cada trazo hablan por la marca mucho antes de que se lea el primer párrafo. Apostar por tipografías coherentes, funcionales y legalmente respaldadas no es solo una cuestión de diseño: es invertir en la voz visual que acompaña cada mensaje y consolida la confianza en la identidad corporativa. Y si este tema interesa, invitamos a leer nuestro artículo sobre visual thinking, donde explicamos cómo las imágenes y los recursos gráficos pueden facilitar la comprensión y generar un impacto duradero.
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Lleva 11 años como diseñadora gráfica, ha colaborado con Jacobs Engineering y Hey Interactive, donde participó en campañas para diferentes sectores . Ha trabajado en galerías de arte y proyectos artísticos de Art toy, de los cuales ha participado en exposiciones grupales. Estudió diseño gráfico en la Universidad Madero (Oaxaca) y la maestría en Diseño editorial por el Centro de Estudios Gestalt para el Diseño (Veracruz).
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