4 PUNTOS que DEBE tener una ESTRATEGIA de ASUNTOS PÚBLICOS

Un signo de los tiempos actuales es que la tradicional frontera entre el ámbito público y el privado ha sido difuminada por completo. De ahí la importancia de contar con una estrategia de lo que se denominan asuntos públicos. 

Aunque no lo crea (o incluso en ocasiones no quieran verlo) cualquier persona u organización experimenta, en su día a día, una alta exposición a los ámbitos político, mediático y social, ya no solo de su localidad o país, sino a nivel global. Las dinámicas procedentes de dichos ámbitos pueden tener un potencial impacto sobre su reputación e intereses. 

Para mitigar y gestionar todas estas dinámicas, existe la práctica profesional de los asuntos públicos. 

En PRoa, estamos convencidos de que es necesario apostar por una profesionalización para consolidar y fortalecer los activos reputacionales de nuestros clientes. A continuación algunas de nuestras recomendaciones. Y contar con una estrategia de asuntos públicos resulta necesario para tal propósito. A continuación, indicamos los 4 puntos esenciales que toda estrategia de asuntos públicos debe poseer: 

  1. Objetivos clave:

¿Por qué resulta necesario diseñar e implementar una estrategia? Cada industria tiene distintas características y un estatus especial de acuerdo a los marcos regulatorios y la idiosincrasia política, económica y social de cada país. Saber para qué planificar, para quién y cómo incidir sobre ello será primordial, así como pensar en los principales desafíos a corto y larzo plazo y los elementos de interés público pueden representar la diferencia entre el éxito y el fracaso. 

  1. Mapeo de stakeholders:

Resulta primordial la comprensión a las partes interesadas o actores clave y de sus intereses. La identificación de los actores y/o grupos que tienen un grado de influencia sobre la reputación e intereses de una determinada persona u organización puede ser útil para conocer el nivel de compromiso de cada uno, decidir cuáles son prioritarios y secundarios y así optimizar los tiempos y recursos a destinar a la estrategia de asuntos públicos.  

  1. Plan de acción:

Con los objetivos y los stakeholders establecidos, el siguiente paso a desarrollar es un plan de acción. Algunas de las preguntas que pueden surgir son: ¿Cuáles son los mensajes clave que se buscará transmitir? ¿Qué tácticas/mecanismos se utilizarán para ello? ¿Cuáles son los periodos de tiempo necesario para cumplir con los objetivos establecidos? ¿Con qué elementos se cuenta y cuáles falta impulsar?

  1. Seguimiento y evaluación:

Se requiere una evaluación del progreso para confirmar que el tiempo y recursos están siendo utilizados de forma eficiente, para, de ser necesario, ajustar la estrategia y tácticas y así responder a los cambios en el entorno externo. Finalmente una estrategia de calidad de asuntos públicos debe ser capaz de anticipar riesgos y detectar áreas de oportunidad para la construcción de una reputación y credibilidad de una marca. Para la identificación de riesgos, recomendamos el artículo de Perspectivas “Riesgos Reputacionales: Qué son y cómo medirlos”.

Dalia Morquecho es estudiante del Programa Internacional de Doctorado en Comunicación en la Universidad Iberoamericana. Maestra en Comunicación por la misma institución, ganadora del premio FICSAC a la Investigación con sello Ibero 2021. Lic. en Política y Gestión Social por la UAM; cuenta con estudios en Derecho en la UNAM. Tiene experiencia en investigación con organismos internacionales y en campañas políticas.

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