Publicado en Forbes México
Jerónimo Arango revolucionó la actividad comercial de México. Su familia tenía en el centro una fábrica de ropa, en cuya esquina de Bolivar y Chimalpopoca abrió, a fines de 1958, una tienda de descuento que nombró Aurrera.
Don Jerónimo transformó el comercio al detalle en México y no hay mexicano que no haya sido tocado por su legado.
Jerónimo Arango revolucionó la actividad comercial de México. Su familia ya tenía en el centro de la Ciudad de México una fábrica de ropa de gabardina -Central de Ropa-, en cuya esquina de Bolivar y Chimalpopoca abrió, a fines de 1958, una tienda de descuento que nombró Aurrera, o “adelante” en vasco.
Arango ponía en marcha en México un fenómeno comercial que había visto en Estados Unidos a mediados de los 1950 donde la gente hacía colas para entrar a tiendas de descuento. Don Jerónimo, como le decían, convenció a sus hermanos Plácido y Manuel de desarrollar un modelo de negocio de compra de productos en altos volúmenes para venderlos a precios bajos. El concepto no era fácil de entender en ese tiempo. Hubo empresas que se negaron a vender a Aurrera porque bajaba los precios y afectaba a otros distribuidores. Pero cientos de miles de familias de la creciente clase media mexicana vistieron sus casas con productos del hogar, electrodomésticos y ropa, entre otros, adquiridos a precios muy accesibles en Aurrera.
A partir de ese momento, Aurrera se convirtió en la fuerza innovadora del comercio al detalle en México. Por ejemplo, la primera plaza comercial de México nació en 1960, en la colonia Del Valle de la Ciudad de México, donde, alrededor de un Aurrera como tienda ancla, se ubicaron tiendas y restaurantes como Aunt Jemina, Banco Nacional de México, Petacas Las de Miguel, Pays Corona, zapaterías y otros negocios.
Otra innovación vino en 1962 cuando inauguraron otra tienda Aurrera en los límites de la Ciudad de México y el Estado de México. Para alentar a la clientela a visitar una tienda tan lejana, los Arango invitaron a un socio restaurantero a instalarse en una esquina del estacionamiento. Ya construido el local el socio se echó para atrás y los Arango decidieron hacer su propio restaurante inspirado en un concepto californiano. Ahí nació la cadena de restaurantes VIPS, la más importante de México.
Pero los Arango se dieron cuenta de que debían enfocarse en las clases populares necesitadas de ahorro e inauguraron en 1970 la primera Bodega Aurrera, en el Estado de México, sobre la carretera de la Ciudad de México a Querétaro. Hoy es el concepto de supermercados más extendido y con mayores ventas y una de las marcas mexicanas más valiosas. Ese mismo año, Don Jerónimo inauguró la primera tienda de ropa Suburbia como parte de otro complejo comercial en Taxqueña y Av. Universidad, donde originalmente convivieron tres negocios de los Arango: Aurrera, Suburbia y Vips. En la actualidad, producto de un proceso de desinversión que llevo a cabo Walmart de México y Centromamérica , los tres negocios pertenecen a tres diferentes empresas: Aurrera se convirtió en Walmart, la cadena Suburbia la compró El Puerto de Liverpool, y los VIPs fueron adquiridos por Alsea.
Don Jerónimo introdujo las marcas propias al mercado mexicano e impulsó la creación de la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD).
Cuando a principios de los 1990, Sam Walton pensó en expandir Walmart a otros mercados encontró en Don Jerónimo el socio ideal. Primero iniciaron una coinversión para la introducción del primer Sam´s Club a México, a fines de 1991, y posteriormente, en 1997, Walmart adquirió en oferta pública la mayoría accionaria de CIFRA Aurrera. Walmart de México y Centroamérica heredó la visión y pasión de dos grandes empresarios, Jerónimo Arango y Sam Walton, que hicieron un negocio de generar ahorros para clientes y sus familias.
Muchas son las aportaciones que hizo Don Jerónimo Arango a México, ya fuese creando empleos, generando ahorros o aportando a causas sociales. Quizá uno de los más valiosos para el país es la formación de una generación de profesionistas dedicados al comercio. Cuando a un competidor preguntaron si tenía un área de innovación contestó sin empacho: Sí, Aurrera. Don Jerónimo impulsaba constantemente la innovación y la toma de riesgos porque por cada fracaso (¿recuerdan el Gran Bazar?), Aurrera tenía decenas de éxitos. Actualmente, cientos de ejecutivos de Aurrera trabajan en otros negocios y cadenas comerciales o en proyectos propios contagiados por la filosofía de Don Jerónimo.
En momentos en que vivimos el reto del COVID19 cuánto habría ayudado a México contar con el talento y la energía de Don Jerónimo y de otros grandes empresarios mexicanos que ayudaron a construir el México moderno. Sin embargo, seguimos viviendo su herencia en cada visita a una Bodega Aurrerá, Superama, Vips, Suburbia o Sam´s Club. En todos ellos, está la mano de Don Jerónimo.
Antonio Ocaranza es Licenciado en Relaciones Internacionales por El Colegio de México y Maestro en Ciencia Política por la Universidad de California en Berkeley. Durante más de una década, fungió como Director de Comunicación Corporativa de Walmart México y Centroamérica. Es experto en Comunicación y Asuntos Públicos y también se desempeña como Director de OCA Reputación.