Óscar Cuevas es Licenciado en Política y Gestión Social por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM-X) y en Filosofía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM-CU). Es experto en compañas políticas, estrategias de posicionamiento y análisis de asuntos públicos.
La relación entre los medios de comunicación y los gobiernos se ha transformado a través del tiempo. En México, vivimos la época en que los medios de información estaban supeditados a los mandatos del poder. Dos acontecimientos que permitieron la ruptura fueron, los movimientos estudiantiles del 68 y la cobertura de los periodistas de a pie, y el ataque a Excélsior, que derivaría en la creación de la revista Proceso.
A partir de la ruptura, en México se ha comprendido de mejor manera el papel de los medios. Se entiende, como parte del ecosistema de medios, que cada uno construye una actualidad periodística determinada, autónoma e irrepetible. Es precisamente el carácter único de los medios de información no solo lo que determina su línea editorial, sino lo que abona a la construcción de la opinión pública, como espacio de discusión de ideas, opiniones y argumentos.
Tanto los medios como los políticos buscan influenciarse mutuamente. Dentro del juego por la creación de la agenda pública, tanto los temas como los momentos son fundamentales. La cobertura que se ha realizado durante la pandemia ha reavivado la discusión dentro de estas dos esferas del ámbito público. Por parte de los periodistas y medios de comunicación se han escuchado voces decir que en México hace falta desarrollar un perfil de periodistas especialistas en temas de salud y ciencia, apostar por las coberturas certeras más que por las rápidas y desinformadas, provocar el debate de los modelos epidemiológicos más que de las cifras.
Desde la política, se ha dicho que la pandemia no debe politizarse, que las críticas a las decisiones públicas se realizan siempre “por los adversarios”, que las encuestas pueden leerse como “acomoden”. Sin duda, en ambos ámbitos hay puntos que deben mejorarse, pero una característica fundamental que deben compartir los dos es el informar con la verdad, ya que ambos sectores responden ante la ciudadanía.
Sin la transparencia ni la rendición de cuentas, ni la función pública ni la periodística tienen sentido. Recordemos que la democracia se beneficia de la actitud crítica del público y un sano sentido escéptico, tanto hacia los medios de información, como de las instituciones públicas; y la confianza, es algo que ambos sectores deben ganarse, a través de acciones asertivas, objetivas, verificables y certeras.