Ignacio Fernández es Licenciado en Periodismo por la Universidad CEU San Pablo en Madrid y Maestro en Comunicación Política y Asuntos Públicos por George Washington University en Washington D.C. Especialista en manejo de crisis, relaciones con medios y gobierno así como asuntos públicos.
Publicado en El Economista
Ahora que en estos días se conmemora a los llamados Mártires de Chicago en lo que se terminó convirtiendo en el Día Internacional del Trabajo (aunque en Estados Unidos, por temor a tensar más los ánimos, se decidió mover la fecha al primer lunes de septiembre, a lo que le siguió Canadá), cobra especial relevancia el reconocimiento al activo principal de las empresas: sus colaboradores. Sin embargo, ante la severidad con la que ha golpeado a nuestra economía la pandemia de Covid-19, también hay conciencia de que, en ausencia de la liquidez necesaria, o de la diferenciación entre actividades esenciales y las que no lo son, prescindir de talento es una decisión dolorosa e ineludible para no pocos empleadores.
Desde luego, acometer despidos nunca es plato de buen gusto, pero la coyuntura actual obliga a ser extremadamente sensible y cuidadoso con las formas. Precisamente, ante la especial complejidad que entraña este entorno tanto para empleadores y empleados, la comunicación se revela como un instrumento fundamental para la gestión de tan difíciles decisiones. Por ello, es importante que cualquier empresa que enfrente esta difícil situación, ya sea hoy en día o en los complicados meses por venir, pueda tener presente lo siguiente:
1. Tengan un plan de comunicación. Muchas veces, el estrés y la carga emocional asociadas a este tipo de coyunturas no dejan ver más allá del bosque. Así que, de la misma manera que muchas empresas cuentan con una estrategia de comunicación corporativa o de marketing, el manejo de despidos ante el entorno actual no debe quedar exento de ello. Planear “qué” vamos a decir y “cómo” representa un valioso aporte en términos de claridad y control.
2. Monitoreen cómo la pandemia ha afectado a su industria y a su competencia. Cualquier comunicación requiere elementos de contexto que ayuden en la configuración del framing y el timing en el se enmarcará y desplegará. Ello permitirá que la comunicación que diseñen pueda estar a la altura de circunstancias tan adversas. Al respecto, cabe tener muy presente que no pocas empresas están siendo también juzgadas por el tribunal de la opinión pública.
3. Manejen correctamente sus expectativas. Sean realistas y no trabajen sobre la base de escenarios idealizados. Tampoco privilegien eufemismos o expresiones edulcorantes que no conducen a ninguna parte, pues recuerden que “no es lo que ustedes dicen, sino lo que ellos escuchan”. Háganlo por respeto a ustedes, a sus empresas, y, sobre todo, a las personas que tienen en frente y a las que deben darles una muy mala noticia.
4. No se olviden de los que continúan. Los despidos en un número significativo y en circunstancias adversas como la actual son una verdadera prueba de estrés para la cultura interna de una organización. En este sentido, parte del plan debe considerar el manejo de las percepciones y expectativas que tendrán aquellos que continúen a bordo. Por ejemplo, ante ellos cobrará mayor relevancia el mensaje de los sacrificios que puedan estar haciendo los directivos y/o propietarios de la empresa, que frente a los que sean despedidos.
Les resultará familiar la expresión “no puedes controlar lo que te sucede, pero sí puedes controlar qué hacer al respecto”. Por ello, es sobre todo a la hora de transmitir esas noticias que nadie querría tener que dar cuando la comunicación viene a servirnos mejor.